Me fui hace 5 minutos -sigo intentando respirar-, y ya te extraño.

Siento como el alma llena, completa; vos no? Siento como que respiro cortito de tanta felicidad (creo haberlo puesto en algún otro lugar alguna otra vez, no lo sé).

Tengo ganas de quedarme mirando el borde del cubrecama que tengo enfrente y tratar de caer.

Sos. Existís y sos real. Tus besos son reales, y más hermosos aún que verdaderos. Te dije? Quiero tu boca y la mía, juntas. Siempre. Más allá de la distancia y las personas, y los días nublados y mi pelo lacio y mi muselina rota, y tus ganas de estar desabrigada. Quiero tus te amo todos y cada uno de mis días, quiero tenerte a mi lado, que el calor que me sofoque sea el tuyo, conformarme con estar a ocho cuadras, pensándote; amándote desde cerca pero igual de lejos. Deseando que me pertenezcas en cada rasgo, en cada piel, en cada sonrisa, en cada mirada y en cada mano que recorre tu cuerpo.

Te habrá parecido estúpido, dudo saberlo, pero a cada parte de tu piel que pude sentir, la amé (la amo), cada singularidad que te hace a vos me hipnotiza, me detiene, me hace apoyar mi cabeza contra la pared, cerrar los ojos y escribir así, mirándote solo a vos, a tus ojos, sentir tu boca sobre la mía, tus labios, tus besos.

Te lo dije? No vi aún, boca más linda que la tuya.