Saturday, September 25, 2010

Vacío. Me quedo mirando un punto vacío hacia la nada.
A veces pienso que debería dejar de hablarte, hay momentos en los que se me ocurre que no me hacés del todo bien. Últimamente me es extraño todo y extraño mucho, a muchos... o a mí. No sé. En los últimos días no pude definirme, me encuentro abstracta, o abstraída, triste, sin ganas; y los factores no ayudan. Definitivamente no estoy bien, y no sé qué necesito.
(Y a vos, me hizo bien verte anoche, que seas tan feliz me hace muy feliz; y fuiste una de las pocas personas capaces de transmitirme esa felicidad, lo andaba necesitando... Gracias.)
El punto en el vacío se acerca y con él va arrastrando un par de lágrimas, que no salen. Se quedan atascadas entre mi estómago y los pulmones. Hay días en los que pienso que no me hacés del todo bien. O quizá estoy tan acostumbrada a que seas la causa y efecto de mis momentos, que no se me ocurre otra razón de no-felicidad. Sabés? No me gusta acostumbrarme.
Por instantes un refusilo de alegría cree acercarse, pero al instante se aleja... Sólo quiero alguien que no me pregunte nada. Que se acerque a mí y me abrace... me abrace bien fuerte y no me suelte; alguien que exista y no pregunte; que me deje llorar en su hombro, en su cara, en sus manos, en sus brazos; y que esté.  (y vos, desafortunadamente, NO PODES).

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